Tres agricultores del país centroamericano cuentan su experiencia con AgroMoney, un programa de inclusión financiera y asistencia técnica de Grupo Cadelga y la Corporación Financiera Internacional (IFC), con el apoyo del del Programa Global para la Agricultura y Seguridad Alimentaria (GAFSP, por sus siglas en inglés).
Por Daniel Molina
Cuando la pandemia de COVID-19 estalló en Honduras, Alfredo, Carlos y Javier imaginaron lo peor. Las restricciones y medidas de seguridad hacían cada vez más difícil conseguir los insumos para trabajar la tierra, provocando que muchos agricultores, como ellos, perdieran el estímulo para continuar con sus cultivos.
La agricultura en Honduras es una de las actividades clave para la economía del país, pero enfrenta grandes desafíos. En medio de la crisis sanitaria, los trabajadores del sector también sufrieron los efectos devastadores del cambio climático y el alto costo de productos para las siembras. Además, era aún más arduo acceder al crédito que necesitaban para subsistir la pandemia, limitando aún más sus posibilidades.
Afortunadamente, su pasión por la tierra les permitió a Alfredo, Carlos y Javier no solo mantenerse a flote durante la pandemia, sino mejorar las condiciones en sus parcelas, donde siembran plátano, maíz y sandía. Alfredo logró instalar un sistema de riego por goteo para ahorrar una buena cantidad de agua. Carlos planea la expansión de sus cultivos. Y Javier construyó una reserva de agua para hacerle frente a las temporadas secas. Los tres encontraron una ventana para mejorar el rendimiento de sus cosechas, a pesar del impacto negativo que tuvo la pandemia en la agricultura. Y lo hicieron de la mano de AgroMoney, un programa que ofrece a los agricultores préstamos en forma de fertilizantes, semillas y tecnología de irrigación, además de programas de capacitación.
Esta alianza entre la Corporación Financiera Internacional (IFC) y el Grupo Cadelga, empresa de origen hondureño con presencia en Guatemala, El Salvador y Colombia, ha permitido que agricultores hondureños como Alfredo Pérez, Carlos Ferreira y Javier Hernández mejoren la producción de sus tierras y, cuando llega la temporada de cosecha, paguen sus préstamos con intereses competitivos similares a los que recibirían en el sector bancario formal.
Al igual que ellos, unos 3,150 productores hondureños —principalmente de Santa Bárbara, Comayagua, Francisco Morazán (Anillo Verde), y Santa Rosa del Copan— han recibido en total USD 5,6 millones en préstamos desde inicios de 2019, cuando empezó este proyecto apoyado por la ventana del sector privado del Programa Global para la Agricultura y Seguridad Alimentaria (GAFSP, por sus siglas en inglés) hasta el cierre de junio de 2022.
Tras dos años de incertidumbre por la pandemia, hoy Alfredo, Carlos y Javier comparten cómo AgroMoney cambió sus vidas.
Alfredo Pérez Bethancourt. Foto: Héctor Cisneros/IFC
¿Qué tipo de
cultivos desarrollan en su propiedad?
Alfredo: Ahorita estoy manejando un área de cuatro manzanas de plátano y tengo dos parcelas de una manzana cada una de maíz híbrido.
Carlos: En este momento tenemos cultivos de plátano, pero estamos comenzando con un proyecto pequeño de tilapia y también crianza de cerdos.
Javier: Más que todo cultivo de sandía, pero siempre se ha ocupado para el cultivo de maíz, en algunas temporadas.
¿Cómo sintió el servicio que le han ofrecido?
Alfredo: Mire, para uno que está viviendo esta situación crítica en el país, es sorprendente porque AgroMoney viene a abrirle las puertas con una gran facilidad sin mucho protocolo, que es uno de los grandes problemas que tenemos porque tenemos conocimiento y tenemos las parcelas, pero no tenemos la plata disponible para trabajar.
Carlos: Pues, a mi criterio es un buen servicio. Es una ventana para el desarrollo personal, comunitario y a nivel de país.
Javier: La atención de los muchachos encargados de levantar el crédito es muy buena.
Carlos Henrique Ferreira. Foto: Héctor Cisneros/IFC
¿Qué es lo que más le ha gustado del servicio de créditos que le ha ofrecido AgroMoney?
Alfredo: Están pendientes en el área técnica de cómo estamos manejando nuestras tierras. Vienen a supervisar esporádicamente, y los técnicos están dispuestos a ensuciarse los zapatos, como decimos, para ver realmente cómo está la tierra; tienen la disposición para acercarse de esa manera y ayudan con asesoría técnica.
Carlos: De entrada, el buen servicio, los trámites que son bastante rápidos y la poca dificultad para adquirirlo.
Javier: La facilidad para obtener los préstamos.
¿Considera usted que esta asistencia ayuda a mejorar las condiciones de los cultivos?
Alfredo: Sí, sí ayuda. Fíjese que, si yo no contara con la asistencia económica de AgroMoney, no tendría estas parcelas. Porque es un cultivo a largo plazo y los costos son altos. Cuando salga con mi cosecha empiezo a pagar, por eso no lo veo difícil. Solo es ponerse los zapatos y “amarrarse bien los pantalones” para empujar la carreta para adelante, para salir con el compromiso.
Carlos: Ha sido de bastante ayuda, más que todo con el problema de la pandemia. Hemos tenido bolsillos golpeados, una economía frágil, totalmente débil, y ha sido de gran apoyo.
Javier: Sí, porque de esta manera uno logra tener bastante acceso a muchos productos y puede extenderse un poquito más en las áreas de producción.
Javier Hernández. Foto: Héctor Cisneros/IFC
¿Qué retos tiene usted en el área de cultivos?
Alfredo: La diversificación es bastante difícil por el hecho de que los mercados no son estables, entonces tenemos que buscar un cultivo que se posicione bien en el mercado. El cultivo en el que estamos enfocados tiene grandes expectativas y tenemos la posibilidad de ampliar las áreas. Yo, por ejemplo, tengo sistematizado lo que son mis cultivos con sistema de riego por goteo, que yo no hubiera alcanzado si no hubiera sido porque AgroMoney nos da esa facilidad.
Carlos: Pues, de la mano de AgroMoney quiero avanzar, quiero hacer un par de hectáreas más en este próximo año.
Javier: Mejorar en lo que respecta a la nutrición, en la planta y en suelos y sanidad en cultivo.Publicada en agosto 2022