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Las mujeres caribeñas luchan contra el desafío de COVID-19

marzo 28, 2021
  • Incluso antes de la pandemia, sólo el 52% de las mujeres participaban en el mercado laboral, frente al 77% de los hombres.
  • Las empresarias caribeñas afirman que las cuestiones de género están relacionadas con otros retos, como la falta de agua potable.
  • Los objetivos de género de IFC en la región incluyen la promoción de la inclusión financiera para las mujeres emprendedoras.

Por Tirna Ray

Las mujeres han sufrido una parte desproporcionada del impacto del COVID-19.  Desde la pérdida desigual de puestos de trabajo hasta el trabajo de cuidados no remunerado, la pandemia ha empeorado las desigualdades de género, amenazando con un importante retroceso a los avances en el empoderamiento femenino.

El Caribe no es una excepción. Incluso antes de la pandemia, solo el 52% de las mujeres participaban en el mercado laboral de la región, frente al 77% de los hombres. Si bien las cifras son impactantes - en todo el mundo, las mujeres han perdido puestos de trabajo a un ritmo aproximadamente 1.8 veces superior al de los hombres - las mujeres del Caribe están decididas a luchar contra la adversidad, convirtiendo una crisis sin precedentes en una oportunidad.

La pandemia ha impulsado a muchas mujeres a superar los límites y redefinirse.  El Banco Mundial e IFC organizaron un evento en línea para conmemorar el Día Internacional de la Mujer titulado "Mujeres del Caribe en liderazgo: Logrando un futuro equitativo en un mundo COVID-19", en el que las mujeres que desempeñan funciones de liderazgo en el Caribe hablaron de cómo están innovando para hacer frente a la pandemia y de las estrategias que están poniendo en práctica para promover una recuperación resistente. Como creadoras de tendencias en todos los sectores, compartieron sus experiencias y subrayaron el vínculo entre la igualdad de género y el crecimiento inclusivo.

Incluso antes de la pandemia, Kenia Mattis, Directora General de ListenMi, un galardonado estudio de animación y diseño de Jamaica, trasladó las operaciones de la empresa a un entorno virtual.  La empresa también notó un claro cambio entre los clientes - un enfoque en llegar a clientes de forma virtual.  Esto hizo que Mattis se replanteara y tomara la audaz decisión de convertir el negocio en una "empresa de narración digital".

La empresa ha intentado conectar con potenciales clientes estadounidenses para llegar a una audiencia global a través de series y programas de televisión animadas. La distancia siempre fue un problema.  Con la pandemia, el aplanamiento de la distancia presentó una oportunidad, ayudando a Kenia y a su equipo a conocer virtualmente a nuevos y posibles colaboradores, ayudando a difundir las historias del Caribe al mundo.

Los objetivos de género de IFC en la región incluyen la promoción de la inclusión financiera para las mujeres emprendedoras y la colaboración con el sector privado y público para mejorar las infraestructuras y los servicios públicos. Las iniciativas de IFC en la región incluyen el aumento de la productividad y la lucha por la igualdad de género en el sector textil de Haití, donde entre el 65 y el 70 por ciento de los trabajadores son mujeres.


Con el declive del turismo en Jamaica, los agricultores perdieron su principal mercado - los hoteles.  Louise Lawrence, Directora del Watt Town Greenhouse Farmers Group (Grupo de Agricultores de Cultivos en Invernaderos de Watt Town), no se daba abasto, intentando ayudar a su grupo de mujeres a superar la crisis. A causa de la pandemia, las mujeres dejaban a sus hijos al cuidado de un familiar para ir a trabajar y se apresuraban a volver a casa para quedarse con ellos. Louis ayudó a estas agricultoras a explorar otras opciones, como la venta de tarjetas telefónicas, la cría y venta de pollos, y la fabricación y venta de gotas de coco, para obtener ingresos sin dejar de estar con sus familias y asegurarse de que sus hijos participaran en las clases virtuales.

Asimismo, el sector de la construcción de Guyana se vio muy afectado por el cierre obligatorio en ese país. Zorina Gafoor-Chin, Ingeniera de Proyectos para el Guyana Secondary Education Improvement Project (Proyecto de Mejoramiento de la Educación Secundaria de Guyana), dijo que el sector se encontró con una serie de retos operativos, como la aplicación de protocolos de distanciamiento social y seguridad en las obras de construcción. El proyecto contaba con menos mujeres en las obras y más en las empresas que apoyan a la industria de la construcción, como las empresas de diseño, consultoras y empresas que suministran materiales. Frente a la pandemia, utilizaron su creatividad y encontraron medios alternativos de ingresos a través de la restauración, jardinería o fabricación de mascarillas.

Con un espíritu similar, el personal de Caribbean Bottling Company (CBC) de Haití nunca dejó de trabajar, mientras tomaban medidas para mantenerse a salvo. Aunque las ventas se redujeron a corto plazo, la empresa se recuperó rápidamente. "Nos aseguramos de que los trabajadores tuvieran un acceso a Internet de calidad en casa y redujimos el número de personal que trabajaba en las instalaciones", dijo Tamara Guerin Barrau, Vicepresidenta de Finanzas de CBC.

Pero para Barrau, su principal preocupación ha sido la falta de agua potable, en un momento en que las vidas dependen de ella.  Tres cuartas partes de los hogares de Haití carecen de agua corriente y muchas familias tienen que desplazarse media hora o más para acceder a este recurso, lo que afecta sobre todo a las mujeres jóvenes y a las niñas. "Además de ser las principales cuidadoras de sus familias, tienen que dedicar mucho tiempo a viajar para recoger agua, lo que dificulta sus oportunidades de entrar en el mercado laboral formal".

Dado que las crecientes desigualdades también afectan negativamente al sector privado, las panelistas compartieron su visión sobre una futura guía que ayude a las mujeres a recuperarse económicamente de la crisis actual.

"Cuando miro a mi sector, un mayor acceso al agua corriente ayudará sin duda a las mujeres y a las niñas. Las asociaciones público-privadas que fomentan y mejoran el acceso a servicios críticos pueden ser eficaces en estos tiempos difíciles, y hemos visto que funcionan en otros países con condiciones similares", dijo Barrau.

Mercedes Canalda de Beras-Goico, Presidenta Ejecutiva del Banco ADOPEM - la principal institución de microfinanciación de la República Dominicana - considera que una serie de nuevos enfoques, incluida la flexibilidad en las soluciones de microfinanciación, al tiempo que se mantienen los protocolos de COVID-19, podrían ayudar a la recuperación de las microempresas pertenecientes a mujeres.  

Setenta por ciento de los clientes de Banco Adopem son mujeres. Por lo tanto, ha sido vital para el banco no solo ofrecer microcréditos con plazos de reembolso flexibles, sino también proporcionar formación a las clientas para ayudarlas a reactivar sus negocios y adaptarse a la pandemia.

La igualdad de género no es sólo una cuestión de hombres y mujeres, sino un imperativo socioeconómico, según Ozan Sevimli, Representante Residente del Banco Mundial para Jamaica y Guyana. "El costo de la exclusión es inmenso para las economías y sociedades. Los hombres tienen la oportunidad única de ser aliados, y creo, que la responsabilidad de hacer lo que puedan para acelerar el cambio", añadió.

Para Judith Green, Directora Regional de IFC para el Caribe, la respuesta es seguir trabajando con los sectores públicos y privados para dar prioridad al equilibrio de género, "aumentando la inclusión financiera de las empresas femeninas, promoviendo a las mujeres en puestos de liderazgo empresarial y apoyando soluciones inteligentes en materia de género."