Informe

Edificios verdes: construcción sostenible en mercados emergentes

octubre 25, 2023

Edificios verdes en los mercados emergentes

La transición a tecnologías más ecológicas en la construcción y el funcionamiento de edificios y la producción de materiales, combinado con mercados de capital más respetuosos del clima, podría reducir la huella de carbono de la cadena de valor de la construcción en un 23 % para 2035, creando al mismo tiempo oportunidades de inversión en los mercados emergentes.

Las cadenas de valor de la construcción, que comprenden la construcción y el funcionamiento de edificios y la producción de materiales como cemento y acero, contribuyen en gran medida al calentamiento global, ya que representan alrededor del 40 % de las emisiones mundiales deCO2 relacionadas con la energía y la industria, más de dos tercios de las cuales se generan en los mercados emergentes.

Las actuales trayectorias indican que las emisiones derivadas de la construcción aumentarán en un 13 % a nivel mundial para 2035 si no se implementan medidas de mitigación y adaptación adicionales, según un informe emblemático publicado recientemente por IFC. Las prácticas de diseño, construcción y funcionamiento que ahorran energía y el acceso a mercados de capital respetuosos del clima que canalizan más inversiones hacia la cadena de valor de la construcción podrían reducir las emisiones en un 12,8 % de aquí a 2035 en comparación con los niveles de 2022. Esto representaría un avance significativo en la lucha contra el cambio climático, reduciendo la probabilidad de fenómenos meteorológicos extremos que imponen un costo económico y humano cada vez mayor a las poblaciones más pobres del mundo. Las empresas que consiguen ahorrar costos o las nuevas oportunidades comerciales también podrían conseguir buenos resultados financieros.

El camino hacia los edificios verdes

¿Cómo se puede lograr esto? Según estimaciones de IFC, la calefacción, la refrigeración y el suministro eléctrico de los edificios representan cerca de la mitad del 40 % de las emisiones mundiales generadas por el sector de la construcción. Este porcentaje se puede reducir con la utilización de diseños de mayor eficiencia energética durante la construcción de nuevas estructuras, por ejemplo considerando la orientación del edificio respecto del sol, la colocación de elementos de sombra en el exterior y la instalación de ventanas más pequeñas, entre otras medidas. También se pueden mejorar los edificios existentes aplicando prácticas y tecnologías sostenibles como sistemas de refrigeración y calefacción más eficientes, medidores inteligentes, y pintura reflectante en las superficies externas y los techos. Además de abordar el cambio climático, esto generaría ahorros para los propietarios de edificios. Por ejemplo, un tejado reflectante podría ayudar a ahorrar más de USD 20 000 al año en facturas de electricidad en comparación con el diseño convencional de un almacén de un piso en Bogotá (Colombia).

El otro factor principal que contribuye a las emisiones del sector de la construcción — cerca de la mitad de sus emisiones de gases de efecto invernadero— es la producción de materiales de construcción, principalmente cemento y acero. La producción de cemento es la actividad con mayor intensidad de carbono en el mundo. El uso de fuentes alternativas de combustible, como la biomasa, los desechos y los residuos industriales, combinado con el empleo de energía renovable eólica y solar, en lugar del carbón, puede reducir las emisiones derivadas de la producción de cemento en un 20 %. Si se adoptan medidas de eficiencia en el uso de la energía y los recursos, se puede ahorrar hasta un 30 % de la electricidad que se necesita en las plantas. En la industria siderúrgica, la inyección de oxígeno puro en los altos hornos puede bajar las emisiones entre un 15 % y un 20 %, puesto que permite disminuir el uso de carbón.

A largo plazo, la tecnología del hidrógeno verde, que genera energía al dividir el agua en hidrógeno y oxígeno utilizando electricidad renovable, ofrece una solución prometedora para descarbonizar la industria del cemento. Mientras tanto, la captura de carbono — esto es, cuando se captura el CO2 de las emisiones y se lo almacena o se lo recicla para emplearlo en otros procesos industriales — podría reducir casi a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero para 2050 y en los años posteriores, según las conclusiones del estudio.

Herramientas financieras y regulatorias

Todo lo anterior se debe financiar y ello plantea nuevos desafíos porque los mercados financieros sostenibles están menos desarrollados en los mercados emergentes que en las economías avanzadas. En 2021, los mercados emergentes recibieron solo el 10 % del total del financiamiento mediante instrumentos de deuda verde privada (USD 230 000 millones) destinado a las cadenas de valor de la construcción, y de ese porcentaje la mayor parte se asignó a China. Hasta la fecha, la mayoría de este financiamiento mediante instrumentos de deuda verde privada se ha dirigido a la construcción y el funcionamiento de edificios. Solo el 9 % del financiamiento se ha destinado a descarbonizar la producción de materiales de construcción, actividad que representa casi la mitad de la huella de carbono de la cadena de valor.

La investigación indica que el costo total para hacer más ecológicas las cadenas de valor de la construcción ascendería a solo 0,03 puntos porcentuales del PIB mundial por año en promedio entre 2022 y 2035 si se tomaran las medidas de eficiencia energética recomendadas. Según estimaciones, el total de inversiones necesarias para descarbonizar la cadena de valor de la construcción entre 2022 y 2035 asciende a USD 3,5 billones, de los cuales USD 1,5 billones deberían destinarse a los mercados emergentes.

En los últimos años se han desarrollado muchos instrumentos de financiamiento que se pueden aprovechar para aumentar la participación de los mercados emergentes en el financiamiento mundial destinado a la construcción de edificios verdes. Uno de estos instrumentos es el financiamiento combinado (que incluye financiamiento público y privado), un campo en el que IFC fue pionera. Otros son la deuda vinculada a la sostenibilidad, las hipotecas ecológicas y los fondos de capital de riesgo.

Las instituciones financieras de desarrollo como IFC se encuentran en una posición privilegiada para generar un mayor volumen de financiamiento para la construcción ecológica. Pueden, por ejemplo, actuar como inversionista principal, proporcionando financiamiento en condiciones concesionarias y combinado, y poniendo en marcha varios fondos climáticos supranacionales. Los Gobiernos pueden contribuir de manera decisiva, por ejemplo, fortaleciendo los códigos y las regulaciones sobre eficiencia energética y las políticas de fijación del precio del carbono que incentivan una construcción más sostenible y emisiones más bajas, introduciendo exenciones fiscales (cuando el espacio fiscal lo permita) para las tecnologías que reducen las emisiones, y aprobando más requisitos de divulgación de información sobre el desempeño ambiental, social y de gobernanza de las empresas, entre otras políticas.