Rosa Mejía, dueña de una empresa de fabricación de muebles en Ecuador, durante muchos años vivió la frustración de que su área de exhibición se encuentre vacía. Durante ese tiempo, no contaba con muebles para exhibir ya que la madera, clavos, pintura y otros suministros para construir muestras se encontraban fuera de su alcance económico —especialmente estando a cargo de la manutención de sus hijos, y de ella misma. Carecía del capital necesario para construir su empresa, aunque sabía que la inversión en suministros significaría más negocios.
Entonces, el préstamo del Banco Pichincha marcó un punto de inflexión permitiendo a Rosa adquirir materias primas y equipos. Finalmente, el negocio floreció y su éxito le permitió pagar los estudios de sus hijos. Es ahora su empresa, Mueblería, quien la respalda a ella. Además, emplea a uno de sus hijos como gerente comercial y una hija como diseñadora de interiors.
IFC también estaba detrás de Rosa. Nuestra línea de crédito de $55 millones de dólares al Banco Pichincha fue designada específicamente para otorgar préstamos a pequeñas y medianas empresas (PYME) lideradas por mujeres. El crédito —que forma parte del programa global Banking on Women que IFC estableció en 2010— permitió al banco ecuatoriano ayudar a Rosa.
En América Latina y el Caribe, Banking on Women colabora con instituciones financieras para que puedan prestar servicios financieros y no financieros a mujeres empresarias. El programa lleva comprometido 10 proyectos de inversión en cuatro países —un total de $685 millones de dólares de inversión. También brinda asesoría a bancos en tres países de la región. En todo el mundo, IFC ha invertido y movilizado inversiones en 52 instituciones financieras en 27 países a través del programa, con una cartera acumulada y comprometida de casi $1.7 mil millones de dólares en los ocho años desde su fundación. También brindamos servicios de asesoramiento en 39 proyectos en 26 países.
Oportunidades para mujeres emprendedoras
América Latina y el Caribe es una de las principales regiones en la cartera del programa. A través de Banking on Women, IFC financia a mujeres empresarias con inversiones directas, inversiones movilizando fondos de terceros y asesoramiento a través de bancos en Brasil, Chile, Costa Rica, República Dominicana y Ecuador. El programa se lanzará a fines de este año en Colombia y México.
Más recientemente, Banking on Women se introdujo en Argentina, donde las mujeres se enfrentan a obstáculos derivados de la falta de paridad entre los géneros para acceder a la financiación. Solo la mitad de las mujeres en el país posee una cuenta bancaria, en comparación con el casi 60 % de hombres con cuentas. Solo el 30 % de las mujeres argentinas tiene acceso al crédito, en comparación con el 35 % de los hombres. Y aunque las mujeres son propietarias de alrededor del 20 % de las PYMES argentinas, más del 80 % de estas empresarias enfrentan dificultades para acceder al sistema financiero formal.
Aun así, las mujeres realizan contribuciones económicas importantes en la región. Según datos del Banco Mundial, el 30 % de la reducción de la pobreza extrema en la región de América Latina y el Caribe entre 2000 y 2010 se debe a la mayor participación de la mujer en la mano de obra. La región también presenta la tasa más alta de iniciativa en lo que respecta a la actividad empresarial de la mujer. Las empresarias sustentan la creación de empleo y el crecimiento económico a través de una alta tasa de ahorro personal y de destinar gran parte de sus ingresos a la atención médica, la nutrición y la educación.
La inclusividad es una buena práctica comercial
Es por eso que, a lo largo de la región de América Latina y el Caribe, brindar acceso a financiamiento a mujeres empresarias es una oportunidad comercial latente con potencial para crear impactos sociales y económicos positivos. El informe MSME Finance Gap publicado en 2017 reveló una oportunidad de mercado de $93 mil millones de dólares para financiar empresas de propiedad de mujeres en la región.
Crear oportunidades para mujeres empresarias en América Latina y el Caribe es fundamental para permitir el desarrollo y el crecimiento económico. También beneficia a los bancos. Según la Economics of Banking on Women, la primera Encuesta Anual de Market Analytics de Global Banking Alliance for Women (GBA), gracias a que las mujeres tienden a ahorrar su dinero a un ritmo mayor que los hombres, brindan a los bancos una fuente confiable de liquidez. Las clientas también tienden a ser más conscientes de los riesgos que los hombres, lo que significa que es más probable que pidan prestado solo lo que pueden pagar.
La experiencia de los clientes de IFC refleja los datos de GBA. En su primer año, por ejemplo, el programa Banking on Women contribuyó a la rentabilidad y al crecimiento general del Banco BHD León en la República Dominicana. BHD informó una tasa interna de rendimiento de más del 35 %. Su cartera de crédito creció en un 26 % en préstamos comerciales, un 19 % en préstamos para automóviles y un 8 % en préstamos para consumo —todo dentro de los siete meses posteriores al lanzamiento del programa.
En 2013, IFC asistió al Banco Itaú en Brasil en el desarrollo de un programa que incrementó su cartera de pymes propiedad de mujeres del 20 al 30 %. Los funcionarios del banco observaron una reducción de nueve días en los atrasos en la cartera de mujeres empresarias participantes del programa. También mejoraron los indicadores de comercialización del Banco Itaú en lo que respecta a imagen, reputación y sostenibilidad. Lo que es más importante, las empresas lideradas por mujeres que participaron en el programa del Banco Itaú vieron un aumento del 130 % en sus márgenes de ganancia. En 2017, IFC volvió a colaborar con el Banco Itaú para desarrollar un curso de video eLearning para fortalecer las habilidades financieras y la autoestima de las mujeres empresarias.
A medida que IFC ayuda a las instituciones financieras a explorar esta oportunidad comercial en la región de América Latina y el Caribe, empresarias como Rosa Mejía tendrán aún más oportunidades de contribuir al crecimiento económico regional, así como al bienestar de sus propias familias. Después de todo, para Rosa, asegurar un futuro para la próxima generación siempre fue el objetivo de ser una emprendedora exitosa. «El mejor regalo que puedes darle a tus hijos es la educación», afirmó.
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Publicado en junio de 2018